Nuestra Estructura
El modelo organizativo de este proyecto político es la red, y su metáfora, los caracoles, pues estos expresan puentes, ventanas, bocinas, puertas e instrumentos de encuentro y diálogo, de interlocución y comprensión. Donde hay humedad hay caracoles pues hay ecosistema, humus, espacio telúrico de vida, medio ambiente social propicio a la vida, pese a la lentitud de los tiempos de la participación.
La estructura aquí propuesta obedece a la lógica comunitaria de articulación de espacios de encuentro autónomos a partir del análisis de redes. El objetivo de este diseño es garantizar el empoderamiento del Tercer Sector y de la ciudadanía en su decidida voluntad de configuración de las condiciones propicias para una comunicación no burocratizada, ni mercantilizada.
La red debe responder a un modelo genuino y diferente de creatividad social que se inspira en la investigación-acción y la capacidad de comunicación de las organizaciones y los sectores comprometidos políticamente en su voluntad de reconstruir espacios comunitarios, de participación y encuentro, de diálogo y cooperación. De tal forma que desde sí misma se fortalezca la gobernabilidad e institucionalidad democráticas para la socialización del Derecho a la Comunicación. Ello supone, como condición tres exigencias metodológicas propias de la comunicación alternativa:
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La reflexión colectiva y liberadora sobre las prácticas de comunicación.
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La cultura dialógica de construcción del consenso.
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El reconocimiento de la multiplicidad y la diferencia de actores en los frentes culturales por el Derecho Social a la Comunicación.
La política de redes de pensamiento e intervención social en la comunicación propuesta está pensada para otro tipo de cultura académica, profesional y ciudadana, tejiendo vínculos comunes de aproximación e incidencia política, articulando dinámicas de consenso e integración de los diferentes actores sociales, garantizando la cobertura y acceso de todos los usuarios en plataformas virtuales, observando el principio de igualdad en la participación pública del sistema cultural organizado por las industrias de la comunicación y otros espacios, y promoviendo el uso creativo y crítico de los medios, a partir de una pedagogía de la comunicación transformadora.
Tal dinámica propone, en consecuencia, una intervención en red, de organizaciones, experiencias y programas de trabajo nacionales e internacionales, tratando en todo momento de pensar los macroprocesos de configuración de la sociedad global de la información a escala regional y las dinámicas locales, próximas y concretas, con el propósito de visibilizar y formentar las experiencias comunicativas de base popular, en línea con proyectos-marco estratégicos definidos por la red en sus encuentros periódicos.